Bienvenidos todos los buscadores del lenguaje del alma.
Bienvenidos los que buscan encontrar una guía en los pedacitos aportados en cada nueva experiencia.



Se es libre cuando:



Llegas a saber quién eres, no sólo por tu apariencia física, si no, en el conjunto de tu Ser.

Das amor sin preocuparte a quien se lo das.

Te enfrentas a todos tus miedos con el mismo valor, porque sabes, que no hacerlo es lo que te impide evolucionar.

No necesitas nada porque ya lo tienes todo.

Tu verdad no es motivo de necesidad de imponerla a nadie.

Ser humilde no es un esfuerzo porque vives en gratitud.

Las palabras, actos o pensamientos ajenos ya no te hieren, por comprender que fundamentalmente el miedo y la ignorancia son lo que impulsa a la violencia.

No tienes la necesidad de juzgar o criticar los hechos y palabras de los demás.

Ya no tienes que perdonar ni que te perdonen, pues el ego es el único que se siente herido.

Sabes reírte de tus propias torpezas.

No sientes soledad aun estando sólo.

Ya no exiges que nadie sea como a ti te gustaría que fuera.

Tu autoestima no necesita elogios.

No tienes  que culpar a nadie, por lo que te pase a ti.

Eres consciente de que eres tú el que comanda tu mente y no al revés.

El pasado ya no es motivo de dolor ni el futuro de preocupación.

Ya no te descontrolas en las situaciones que antes te alteraban.

No sientes rencor, odio, rabia o cualquier otro sentimiento de desamor hacia quien sea.

Sí ya no piensas que tienes que dar consejos  a nadie.

Tener siempre la razón no es primordial.

Tus acciones y palabras nunca son para oír la aprobación de los demás.

Reconoces que la evolución es cambio y no te encierras en tus ideas.

Sabes  que tu libertad está dentro de ti y nunca en nada ni en nadie que no seas tú mismo. 


Lilith


La importancia de la mente




Aun cuando el concepto “mente “es algo abstracto en realidad es una de las herramientas físicas más importantes para no decir la más importante en nuestro funcionamiento y evolución.
De alguna forma u otra todos sabemos de qué se trata visto que de ella derivan todos nuestros pensamientos y por ella pasan todas nuestras emociones.


Nuestra mente es el receptor y traductor de todo cuanto somos, de todo cuanto hemos vivido, de todos los archivos impresos energéticamente que llevamos en nuestra alma.


En realidad nuestra mente somos nosotros mimos visto que dependiendo de cómo somos o hemos sido, así funciona y de ello deriva nuestro entendimiento y comportamiento. La mente integra diversas facultades que nos permite reunir información a través de la observación, la escucha y de cualquier otro sentido existente en el ser humano, razonar y extraer conclusiones.


De alguna forma nuestra mente también tiene “vida propia” cuando somos inconscientes de los pensamientos que ella misma crea, cuando procesa la información  que recibe externa o interna sin que tengamos consciencia, sin que pongamos atención de cómo la está procesando, de cómo la interpreta.


 En la mente se va acumulando la memoria y esa memoria a veces es absorbida de forma poco racional, a través de instintos, emociones descontroladas y de una percepción muy primitiva. De esa memoria la mente descontrolada busca la información necesaria para emplearla en cualquier otra experiencia que vivamos y por ello nos lleva a equivocarnos visto que no todas las experiencias aunque aparenten ser iguales, en realidad no lo son, así que si empleas inconscientemente esa información almacenada en la memoria, quizás no sea la adecuada para entender y actuar en una nueva vivencia. 

Cuando somos consientes del funcionamiento de nuestra mente nos es posible realizar procesos de reflexión consciente, acceder a sus propias representaciones y  modificarlas para un  mejor estado interno y externo.
Para ello es necesario aprender a formar nuestra mente siendo conscientes de los pensamientos que ella interpreta e ir modificándolos desde esa consciencia, aprender a calmarla para poder tener la tranquilidad necesaria para poder reformular esos pensamientos a través del sentido común, desde una  intuición más centrada en la conexión interna del amor de nuestra esencia más pura, en definitiva sentida desde la conexión del amor con la Fuente Creadora. 


Esa formación no es otra que ir aprendiendo a modificar los resultados, o sea los pensamientos, que de ella provengan y así poco a poco ir espiritualizándola, para lograr al fin una consciencia elevada y esa realización de la personalidad ultima que nos permita la unión con el Padre.


Lilith

El amor

 
Es la Ley Fundamental de los universos creados y los no creados, es el patrón vital de la creación a través y para todos los seres concebidos, es la matriz primogénita generadora de todo lo creado y la razón de la misma, es la conciencia universal manifestada.

Es aquella energía que une, potencia y transforma todas las vibraciones existenciales sin impedimentos ni limitaciones de ninguna índole.

A través de su manifestación nos permite conocer lo que podemos denominar ¨AMOR A LO GRANDE¨ del todo, respetando la identidad almica de cada ser, a través de su expresión y grado de conciencia evolutiva alcanzados por estos, irradiando sentimientos y pensamientos plenos, puros y amplios en ello.


De dicha ley derivan las demás, ya que todo lo creado y expresado es regido por ella. Entonces podemos deducir que si el Amor es Vida, debemos vivir en Amor, por Amor, del Amor y para el Amor.
De esta manera veremos disueltas las barreras del EGO que limita la propia evolución de los seres.
Recuerden que el Amor es todo y el todo es el Amor.

  Ronald Chaves Ecuador








La evolución espiritual no se manifiesta por la posibilidad de almacenar conocimiento, declamar verdades u obrar milagros, sino por la capacidad de corregir los propios errores.

Rudolf Steiner

El miedo a decir te quiero.





Todos necesitamos ser amados, abrazados y que nos mimen, para sentirnos bien y sentirnos queridos, desde pequeños necesitamos de ese amor, de sentirnos protegidos, de que nos demuestren cariño, es una necesidad natural ya que en la vida, el principal objetivo y propósito Divino, es que aprendamos a amar, y para que aprendamos a amar es necesario que alguien nos recuerde el verdadero sentido del amor, para que se repita en un ciclo infinito.

Hay un impulso inherente que nos incita a querer descubrir el amor, por eso hay una necesidad de tener pareja para compartir, tener hijos para crear amor, visto que la misma evolución se basa en las relaciones que tenemos a lo largo de nuestra vida y solo a través del amor hacia los demás podemos transformar nuestras debilidades que nos hacen reaccionar incoherentemente en las distintas situaciones que vivimos.

La imposibilidad o bloqueo que nos impide  expresar nuestros sentimientos es muy común en el comportamiento humano. Derivan de las vivencias  que hemos ido acumulado distorsionadas y que no hemos ido transformando por inconsciencia a lo que nos sucede.
Esa imposibilidad de expresar nos crea vacio interno, al cual somos inconscientes de donde procede y le damos otras explicaciones a lo que sentimos. 

La mayoría de veces nos escondemos detrás de que es una rasgo natural de nuestro carácter y que nada podemos hacer para cambiarlo.
Pero las escusas solo son una tapadera para no profundizar en lo que nos pasa y en él porque nos pasa, por miedo a tener que enfrentarnos a nuestros propios miedos, a nuestra incapacidad de enfrentarnos a nosotros mismos y asumir lo que somos y dejar fluir ese amor guardado. 

Pero si queremos, en el fondo sabemos que hay algo que no está abierto, que no fluye, que no somos capaces de demostrar, de transmitir, es como tener un tesoro encerrado dentro de un baúl que  no encontramos la llave para que podamos disfrutar de lo que sabemos que tenemos para dar.
El miedo a demostrar es parte de algo que nos fue infundido, enseñado en alguna parte de nuestra existencia como algo débil e incluso vergonzoso, algo patético y ridículo. 

Cuando no hemos vivido esa demostración como algo natural, cuando no nos han acostumbrado a expresar nuestros sentimientos, ni nos lo han expresado tampoco a nosotros como algo que hace parte de la normalidad de la vida, del dar y recibir, como cualquier otra actuación, entonces se atrofia de manera que pasa a ser algo a parte de lo que es necesario para crecer, para madurar como personas en cualquier relación.

También puede derivar del miedo a sufrir, porque quizás en algún momento hemos dado y no hemos recibido como hubiéramos esperado, cuando ese amor que hemos expresado ha sido dañado con un desengaño, o no hemos sido correspondidos o quizás incluso hemos sido rechazados, nace ese miedo a volver a sufrir y a sentirnos débiles frente a otro, entonces creamos corazas para protegernos de volver a sentir ese daño.

En realidad ese daño es solo otra escusa más que crea nuestra mente, porque nada ni nadie nos deberían influenciar para que no seamos nosotros mismos siempre, independientemente de las acciones ajenas. Eso nos indica una falta de poder interno nuestro para poder seguir siendo quienes somos en cualquier situación.

Por ello, cualquier circunstancia externa nos manipula nuestro comportamiento, nos modifica esa parte que no tiene seguridad, porque en realidad no es como pensamos una parte ya segura de nuestra personalidad, dejamos de ser quien creíamos para adaptarnos a la situación creada por cualquiera. 

En definitiva somos vulnerables a las circunstancias externas y a nuestros propios miedos. Enfrentarnos a nuestras emociones desequilibradas es parte de un crecimiento, de un aprendizaje de quien somos realmente, es parte de profundizar en nuestro Yo y rescatar esa parte olvidada de quien somos y poder vivir desde esa esencia.

Tu poder para amar esta en ti, el amor no es una debilidad, si no una fortaleza, una virtud para que la disfrutemos en su total magnitud, descubrirlo solo pasa por enfrentarse a poder expresarlo de acción y palabra, porque solo así puede llegar tal cual es, una corriente de energía poderosa que trasforma al que recibe y al que da.

Para lógralo, solo hay que decir TE QUIERO y sentirlo de verdad, incondicionalmente.

 ¡Atrévete, es más fácil de lo que crees!  

Lilith

¿Quien soy?


Cierto es que, si en determinadas ocasiones diéramos la atención necesaria a las opiniones de los demás sobre nosotros, si abriéramos muestra capacidad de aceptación de las criticas, tal vez en algunas de ellas descubriríamos que, si nosotros fuéramos un Yo fuera de nuestro cuerpo y pudiéramos observarnos sin emociones veríamos lo difícil que sería soportarnos a nosotros mismos .

Entonces y solo entonces comprenderíamos nuestros fallos desde otro punto de vista, veríamos con claridad como somos en realidad y tendríamos la comprensión y la voluntad de modificar, transformar esas partes que estando dentro de nuestra piel no llegamos a ver y a asumir  nuestras actuaciones incorrectas.


Nuestro ego nos ciega a una visión que no sea subjetiva y que no sea la que nos interesa a nosotros mismos, que defienda nuestros propios intereses,  y nos hace afirmarnos  en lo que pensamos como si solo nuestra capacidad de ver y entender fuera la única correcta, incapacitándonos de poder expresarnos desde una actuación más amorosa hacia los que tenemos en frente.

En el fondo somos seres solitarios con un instinto muy poco desarrollado de compartir, de unión y de ello derivan todas las luchas para hacer prevalecer nuestro propio yo en cualquier experiencia.

Somos seres agotadores en la convivencia por la imposición de nuestros deseos, sin darnos cuenta impedimos la fluidez de la energía necesaria para una buena compenetración del dar y recibir. Nos falla la comunicación desde la profunda entrega, desde el escuchar al otro, desde la voluntad de comprensión de lo necesario que pongamos de nuestra parte en el compartir.


Somos seres con una inteligencia desarrollada intelectualmente, avanzados en tecnología que nos permite facilidad de vida a nivel físico de comodidades, pero somos perfectos ignorantes a nivel emocional. No nos hemos percatado que esa es nuestra mayor herida, nuestra mayor necesidad insatisfecha.

Poco o nada nos dedicamos a descubrirnos a nosotros mismos, a querer saber quien somos en realidad y que hacemos aquí.

Cada cual se justifica con una fácil y ligera disculpa de su propia existencia, porque de ese modo ve colmada la necesidad de tener que esforzarse para cambiar cosas en sí mismo, instintivamente sabemos que para cambiar tendríamos que ceder cosas de nosotros mismos, cosas que nos cuestan desprendernos.

Nos olvidamos que ceder es un acto de amor.

¿Pero en qué medida nos importa lo que representa el verdadero amor?

¿En qué medida nos importa descubrir la verdadera razón de nuestro papel en la existencia?
¿Qué papel representamos en la vida de los que nos rodean?
¿Por qué siempre nos encontramos con las mismas cuestiones que resolver en cada relación que tenemos o en cada misma circunstancia que se repite en nuestra vida?

 Repetimos los mismos patrones de comportamiento en situaciones parecidas, aun cuando sabemos que en otras ocasiones no hemos obtenido el resultado esperado. Claro está que nunca es culpa nuestra, faltaría más...


Llegar a un conocimiento verdadero de nosotros mismos solo depende de lo que estemos dispuestos a aceptar que somos, a no valorar solo las cosas que pensamos que son “buenas” de nuestra conducta y aprender a aceptar también que tenemos fallos que con el tiempo y nuestra perseverancia podremos ir modificando, nada es bueno o malo, la valoración depende de lo conscientes que somos para asumir y ver con claridad lo que podemos mejorar como personas.


 Aceptar que no somos prefectos es el inicio de poder solventar eso que sabemos muy en nuestro interior que no nos gusta de nosotros mismos. Huir de ello es dar vueltas en círculo sin ningún provecho del tiempo y de las experiencias que vivimos.


Lilith





La Primavera




Como cada año ha renovado su compromiso rebosando de alegría con sus colores. Todo es de nuevo energía y vitalidad, los campos brotan celebrando su llegada con alfombras de flores, desprenden frescos olores esparcidos por la brisa reconfortando el ama de aquellos que tanto la extrañaban.

Vuelven los pájaros a construir sus nidos en los tejados de donde un día se han marchado, en sus cánticos celebran la felicidad de la vida, en sus vuelos realizan bailes alrededor de los campos, buscando los ríos y fuentes donde encontrar el frescor de sus aguas, festejan la libertad que está en la pureza de la magia universal.


La naturaleza es un claro ejemplo de renovación, su constante cambio nos impulsa a comprender la simplicidad de la fuente de la existencia, se manifiesta rejuveneciéndose en su belleza y magnitud en cada paso de su largo caminar, donde la eternidad no marca ningún fin, sin prisas, simplemente siendo.


Todavía hay gotas de rocío esparcidas en las mañanas donde el sol se despereza lentamente y poco a poco su fulgor emana el calor que acaricia la vida que renace, los atardeceres son largos y suaves y acunan con sus colores la larga noche que pronto vendrá para abrazar de nuevo los albores de un nuevo día.

Lilith

Susurros de amor infinito.






Y ÉL dijo "Te he creado desde la esencia del amor dandote vida para que tú aprendas a amarte".

Lilith

¿Donde está la verdad?


Cuando nos vamos haciendo conscientes del funcionamiento y del significado de las diversas experiencias que nos encontramos en la vida, comprendemos que la “verdad” dependiendo de lo que estés experimentando en ese momento de tu existencia puede tener un matiz distinto a la verdad de otro que este en otro nivel de consciencia.


Entonces comprendes que hay diversas verdades y que a medida que esas circunstancias avancen uno se cuestiona y reformula sus verdades hasta llegar a la autenticidad de la verdad universal y encontrar así la autenticidad propia.

Para llegar a ese estado, es necesario ir profundizando desde el verdadero amor hacia todo lo que existe aceptando la diversidad, desde la aceptación, evitando el fanatismo y las creencias de pensamiento unico que crean separación y destruyen la plenitud y la unión.

Pero esto no quiere decir que tengas que estar de acuerdo con los pensamientos ajenos, solo que los sepas respetar y compartir desde la comprensión, alineándonos desde los valores que provoquen la acción conciliadora y transformadora.

Si no nos cerramos a la opinión ajena nos damos la posibilidad de aprender constantemente, porque nunca se sabe donde puede estar esa repuesta que necesitamos a algún determinado asunto que hasta entonces no lo habíamos encontrado.

Lilith

El amor es la base de la existencia


Tu ser esencial solo se rige por el amor, y hasta que te hagas consciente de ello, eso te imposibilitará de experimentar el verdadero sentido de LA VIDA.

Paseo en la tarde otoñal


A lo largo del camino esparcía
la brisa mil hojas caídas
en graciosa y natural harmonía
aletean mariposas en ritual letanía.

Olores de tierra y hierba sentía
nostalgia de ayer que yo misma vivía
florido ropaje el campo vestía
excelente experiencia de vivir tenía.

Bajo el azul del cielo había
bandadas de pájaros bailando
sus cantares anuncian despedida
en suaves y alegres melodías.

Y la tupida madreselva desprendía
su embriagador aroma en la tarde
y a lo lejos se adivina tempestad
donde el sol su fulgor perdía.

Más allá múltiples colores todavía
resisten el paso que el calor ofrecía
en un mágico ciclo de la vida
con su perfecta y Divina filosofía.
Lilith

¿Donde la buscas?



LA FELICIDAD ES UN ESTADO MENTAL, ES LA COHERENCIA ENTRE
LO QUE DECIMOS, HACEMOS Y PENSAMOS.

Historia de una pequeña alma




HABIA UNA VEZUNA PEQUEÑA ALMA QUE DIJO A DIOS:¡Ya se quien soy!
Y Dios le contestó:¡Maravilloso!¿Quién eres?
La pequeña alma contestó a toda voz.
¡Soy la luz!
Dios sonrió ampliamente:
Así es —exclamó. Tú eres la Luz.
La pequeña alma estaba feliz, porque había comprendido lo que todas las almas del reino trataban de entender.
¡Hurra! ¡Esto es fantástico!
Pero poco después ya no le bastó con saber quien era.Sentía cierta inquietud en su interior, porque quería ser lo que era.
Así, la pequeña alma volvió a hablar con Dios (lo cual no es mala idea para todas las almas que quieren ser Quienes Son realmente), para comunicarle sus ideas:
¡Hola, Dios!Ahora que ya se quien soy, ¿es bueno serlo?
Dios respondió:¿Quieres decir que deseas ser Quien Ya Eres?
Pues… verás. Una cosa es saber Quien soy, y otra muy distinta es serlo realmente.
Quiero sentir como es ser la luz.
Pero si ya eres la luz — Repitió Dios, sonriendo otra vez.
¡Si, pero quiero saber como se siente serlo! —exclamó la pequeña alma.
Creo que debí imaginármelo —repuso Dios, riendo
Tú siempre has sido la más aventurera
Y, tras un instante, la expresión de Dios cambio.
Pero hay una cuestión…
¿Qué es? preguntó la almita.
…Que no existe otra cosa además de la Luz. No creé otra cosa que lo que tu misma eres. Así, no hay un modo sencillo para que experimentes Quien eres, puesto que no hay nada que no seas.¿Cómo? —repuso la Pequeña Alma inocente, estaba un poco confundida.
Piénsalo de este modo.
Eres como una vela en el sol.
Ya estas allá, junto con millones y ga-guillones de otras velas que forman el sol.
Y el sol no podría serlo sin ti, porque le faltaría una de sus velas, y así no podría brillar tanto.
Pero saber que eres la Luz estando dentro de la Luz… ese es el problema.
Tú eres Dios, ¡ya se te ocurrirá algo!
Dios volvió a sonreír:
Ya pensé en algo.
Puesto que no puedes sentirte la Luz al estar en ella, te rodearé de oscuridad.
¿Qué es la oscuridad? Es aquello que tú no eres.¿Tendré miedo de la oscuridad? —gimió la almita.
Solo si así lo quieres —respondió Dios.
A decir verdad, no hay nada que temer, a menos que así lo decidas. Nosotros inventamos todo eso. Fingimos.
¡Ah! —exclamó la pequeña alma, que ya se estaba sintiendo mejor.
Entonces Dios explicó que, para poder experimentar cualquier cosa, se requiere de su opuesto.
Ese es un gran don, porque sin el no podrías conocer como es todo lo demás. No podrías saber que es lo caliente sin lo frío, el arriba sin el abajo, lo rápido sin lo lento. No podrías saber que es la izquierda sin la derecha, el acá sin el allá, el ahora sin el después.
Y así —concluyó Dios, al verte envuelta en la oscuridad, no cierres el puño ni alces la voz para maldecirla.
Más bien, sé Luz entre las tinieblas, y no te enojes por ello.
De ese modo sabrás Quien Eres Realmente, y también los demás lo sabrán.
Permite que tu luz brille para que todos sepan que eres alguien muy especial.
¿Quieres decir que está bien que los demás sepan que soy alguien muy especial? — inquirió la Pequeña Alma.
¡Por supuesto! — rió Dios, ¡Esta muy bien!
Pero recuerda que “especial” no quiere decir “mejor”. Todos son especiales, cada uno a su modo. Pero hay muchos que no lo recuerdan. Entenderán que está bien que sean especiales sólo cuando tu mismo sepas que está bien ser especial.
¡Fantástico! — exclamó la almita, quien bailaba, reía y daba saltos de felicidad.
¡Puedo ser todo lo especial que quiera!
Si, y puedes serlo a partir de ahora mismo — agregó Dios, quien bailaba y saltaba y reía con la pequeña Alma.
¿Qué parte de lo especial quieres ser?
¿Qué parte de lo especial? No te entiendo.
Verás… — le explicó Dios:
Ser la Luz es ser especial, y eso esta hecho de muchas partes.Ser generoso es ser especial.Ser amable es ser especial.Ser creativo es ser especial.Ser paciente es ser especial.
¿Se te ocurren otros modos de ser especial?
La pequeña Alma quedó en silencio por un instante:
¡Se me ocurren muchas formas de ser especial! — Exclamó luego.Es especial ayudar a los demás.Es especial compartir.Y ser amistoso también es ser especial.¡Ser considerado con los demás es ser especial!
¡Así es! — concordó Dios.
Y tú puedes ser todas esas cosas, o cualquier otra parte de lo especial que desees ser, en cualquier momento. Eso significa ser la Luz.
¡Ya se lo que quiero ser! —anunció la Pequeña Alma, muy emocionada.Quiero ser la parte de lo especial llamada “perdonar”.¿No es especial perdonar?Oh, si —aseguro Dios. Eso es muy especial.
Entonces, eso quiero ser. Quiero perdonar.Quiero experimentarme a mi misma de ese modo.
Bien —dijo Dios.Pero hay algo que debes saber.
La Pequeña Alma comenzaba a impacientarse.Parecía que siempre había complicaciones.¿De que se trata? —suspiró
No hay nadie a quien perdonar.¿Nadie? La Pequeña Alma apenas podía creer lo que estaba oyendo.
¡Nadie! —repitió Dios.Todo cuanto hice es perfecto.No hay una sola alma en toda la creación que sea menos perfecta que tu.Mira a tu alrededor.
Entonces la Pequeña Alma se dio cuenta de que se había reunido una gran multitud. De todo largo y ancho, de todos los rincones del Reino, habían venido almas, porque se había corrido la voz de que la Pequeña Alma sostenía una extraordinaria conversación con Dios, y todos querían oír lo que decían.
Viendo a las incontables almas reunidas, la almita tuvo que coincidir: nadie parecía ser menos maravilloso, menos magnifico o menos perfecto que ella misma. Tal era el esplendor de las almas reunidas y tan brillante era su Luz, que la Pequeña Alma apenas podía sostener su mirada.
¿A quién perdonar entonces? —preguntó Dios.
¡Oh, creo que esto será muy aburrido! — gruñó la almita.Quería experimentarme como El Que Perdona.Quería saber como es esa parte de lo especial.
Y, así, supo como es estar triste.
Pero entonces un Alma amistosa salió de entre la multitud:No te preocupes Pequeña —le dijo. Yo te ayudaré.
¿De verdad? —replicó, con el rostro iluminado.
¿Pero que puedes hacer?
Puedo darte a alguien para que lo perdones.
¿Puedes?
¡Desde luego! —canturreó el Alma amistosa.
Puedo ir a tu siguiente vida y hacer algo para que lo perdones.
Pero… ¿Por qué habrías de hacerlo? —preguntó la Pequeña Alma.Tú que eres un Ser de tan absoluta perfección.
Tú que vibras con gran rapidez creando una luz tan brillante que apenas puedo verla.¿Qué podría hacer que frenaras tu vibración hasta que tu luz se hiciera oscura y densa?¿Qué podrías hacer tú, que eres tan ligera como para bailar en las estrellas y desplazarte por el Reino a la velocidad del pensamiento, entraras a mi vida y te volvieras pesada como para hacer una cosa tan mala?
Es muy fácil —repuso el Alma Amistosa.
Lo haría porque te amo.
A la Pequeña Alma le sorprendió la respuesta.
No te asombres — le dijo el Alma Amistosa.
Tú hiciste lo mismo por mí. ¿No lo recuerdas? Hemos bailado juntas muchas veces, por eones y eras. Durante todos los tiempos y en muchos lugares hemos jugado juntas. Simplemente no lo recuerdas,
Ambas hemos sido todas las cosas. Ya fuimos el Arriba y el Abajo, la Izquierda y la Derecha. Fuimos el Acá y el Allá, el Ahora y el Después, Fuimos lo Masculino y lo Femenino, lo Bueno y lo Malo. Tu y yo Fuimos la victima y el villano.
Así, nos hemos reunido muchas veces, la una dando a la otra la oportunidad exacta y perfecta para expresar y experimentar Quienes Somos Realmente.
De ese modo —añadió el Alma Amistosa, llegaré a tu próxima vida y seré el “malo”. Haré algo realmente terrible, y entonces podrás experimentarte como El Que Perdona.
¿Que harás? —preguntó la Pequeña Alma, un poco nerviosa.¿Que puede ser tan terrible?
Oh, ya pensaremos en algo —replicó el Alma amistosa, con un guiño.Segundos después, pareció tornarse muy seria y murmuro:Tienes razón en algo.
¿En qué? —quiso saber la almita.
Tendré que frenar mi vibración y hacerme muy pesada para hacer ese algo no tan bueno, Fingiré que soy alguien muy distinto a quien realmente soy. Por eso te pediré un favor a cambio.
¡Si, lo que quieras — exclamó la Pequeña Alma y comenzó a cantar y bailar, Podré perdonar, podré perdonar!
Pero notó que el Alma Amistosa seguía muy callada.
¿Qué quieres? —le preguntó. ¿Qué puedo hacer por ti?¡Eres todo un ángel por estar dispuesta a hacer tal cosa por mí!
¡Claro que el Alma Amistosa es un ángel! —interrumpió Dios¡Todos lo son! Siempre recuerda eso que solo ángeles envío.
Y así, la Pequeña Alma quiso más que nunca satisfacer la petición del Alma amistosa:¿Qué puedo hacer por ti? —volvió a preguntar.
En el momento que te golpee y te despedace —repuso el Alma Amistosa. Cuando te haga lo peor que pudieras imaginarte, en ese mismo instante…
¿Que? — interrumpió la Pequeña Alma. ¿Qué…?
El Alma amistosa está aun más seria:Recuerda quien soy realmente.
¡Si, así será! —exclamó el Alma Inocente. ¡Te lo prometo! Siempre te recordaré tal y como te veo aquí y ahora.
Muy bien —repuso el Alma Amistosa, porque pondré tanto empeño en fingir, que olvidaré quien soy. Y si tú no me recuerdas como soy realmente, no podré acordarme durante mucho tiempo. Y si olvido quien soy, incluso tú olvidarás Quien Eres, y las dos estaremos perdidas. Entonces necesitaremos que venga otra alma para que nos recuerde a Ambas Quienes Somos.
¡No, no será así! —prometió otra vez la Pequeña alma.
¡Te recordaré! Y te agradeceré por darme ese don, la oportunidad de experimentarme como Quien Soy.
Así acordaron, y La Pequeña Alma fue hacia una nueva vida, emocionada por ser la Luz, que era muy especial, y por ser esa parte de lo especial que se llama Perdonar.
Y esperó ansiosamente poder experimentarse como Perdón y agradecer lo que hiciera la otra alma para que fuera posible.
En todo momento de esta vida, cada vez que apareció en escena una nueva alma, ya fuera que trajese felicidad o pesar (y especialmente si traía pesar), la Pequeña Alma pensó en lo que Dios le dijo.
“Siempre recuerda que no envío mas que ángeles”



Neale Donald Walsch